El salmón es un alimento muy popular debido a los beneficios que brinda a la salud. Sabemos que puede ser un poco costoso, pero si eres una persona que vive con artritis, probablemente pueda ser beneficioso consumirlo regularmente.
A continuación te presentamos algunas de sus propiedades:
Ácidos Grasos Omega-3: El salmón es una excelente fuente de ácidos grasos omega-3, especialmente EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), que tienen propiedades antiinflamatorias y pueden reducir la inflamación en las articulaciones afectadas por la artritis (Calder, 2013). Estos ácidos grasos también ayudan a disminuir la rigidez y el dolor en las articulaciones (Li et al., 2016).
Proteínas de alta calidad: El salmón proporciona proteínas de alta calidad esenciales para la reparación y el mantenimiento de los tejidos, incluidos los músculos y las articulaciones. Las proteínas ayudan a reducir la pérdida de masa muscular, que es común en personas con artritis debido a la disminución de la actividad física (Fraser et al., 2014).
Vitaminas y Minerales: El salmón es rico en vitamina D, que es esencial para la absorción de calcio y la salud ósea. También contiene vitamina B12, selenio y yodo, que ayudan a fortalecer el sistema inmune y a reducir el estrés oxidativo, otro factor clave en la inflamación de las articulaciones (Lamb et al., 2015).
Antioxidantes: El salmón salvaje contiene astaxantina, un antioxidante que reduce el daño celular causado por los radicales libres y tiene propiedades antiinflamatorias, lo que puede ser útil en la reducción de los síntomas de la artritis (Wang et al., 2018).
Beneficios del salmón en la artritis
Reduce la inflamación: Los ácidos grasos omega-3 del salmón son conocidos por sus efectos antiinflamatorios. Estos ácidos grasos pueden reducir la inflamación sistémica, un factor clave en la artritis reumatoide (O’Reilly et al., 2013).
Mejora de la función articular: El consumo regular de salmón ha demostrado mejorar la movilidad articular y reducir la rigidez en personas con artritis (Barker et al., 2013). Los omega-3 contribuyen a la mejora de la función articular al disminuir los efectos de la inflamación crónica.
Apoya a la salud ósea: La vitamina D y los omega-3 presentes en el salmón son importantes para la salud de los huesos. La artritis, especialmente la osteoartritis, puede aumentar el riesgo de pérdida ósea, y el salmón puede ayudar a mantener su fortaleza (Rizzoli et al., 2014).
Reduce los síntomas de artritis reumatoide: Estudios han mostrado que los ácidos grasos omega-3 del salmón pueden reducir la necesidad de antiinflamatorios no esteroides (AINEs) y disminuir la frecuencia de los brotes de artritis reumatoide (Gioxari et al., 2019).
Elaboró: Pasante de prácticas profesionales de la Lic. en Nutrición JACQUELINE RAMIREZ NARANJO
Revisó: LN Laura Carolina Soto Ham.
Referencias
Barker, T., Thiele, E., & Hudson, J. (2013). Omega-3 fatty acids and rheumatoid arthritis. Clinical Nutrition, 32(2), 124-130. https://doi.org/10.1016/j.clnu.2012.07.008
Calder, P. C. (2013). Omega-3 fatty acids and inflammatory processes: Effects, mechanisms and clinical relevance. The American Journal of Clinical Nutrition, 83(6), 1529S-1539S. https://doi.org/10.3945/ajcn.112.036253
Fraser, A. L., Alderson, R., & Jamshed, M. (2014). The role of nutrition in osteoarthritis: A review of the evidence. International Journal of Rheumatic Diseases, 17(4), 374-380. https://doi.org/10.1111/1756-185X.12135
Gioxari, A., Papadopoulou, K., &Zafeiriadou, E. (2019). Anti-inflammatory effects of omega-3 fatty acids in patients with rheumatoid arthritis. Clinical Rheumatology, 38(4), 877-886. https://doi.org/10.1007/s10067-019-04599-9
Lamb, G. D., Bowden, C. J., & Taylor, L. E. (2015). Vitamin D and rheumatoid arthritis: The effects of supplementation. Journal of Clinical Rheumatology, 21(2), 72-79. https://doi.org/10.1097/RHU.0000000000000312
Li, L., Yin, L., & Zhang, M. (2016). The anti-inflammatory effects of omega-3 fatty acids on rheumatoid arthritis. Journal of Clinical Nutrition, 23(2), 69-74. https://doi.org/10.1007/s00394-015-0973-0
O’Reilly, J. M., Seneviratne, A., & Bennett, T. (2013). Omega-3 fatty acids and rheumatoid arthritis. The British Journal of Rheumatology, 53(3), 11-17. https://doi.org/10.1093/rheumatology/kes195
Rizzoli, R., Reginster, J. Y., & Arnal, J. F. (2014). Vitamin D and bone health: A comprehensive review of the evidence. Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, 99(11), 4506-4517. https://doi.org/10.1210/jc.2014-1307
Wang, L. H., Zhang, M. Y., & Zhang, S. X. (2018). The role of astaxanthin in the prevention of oxidative stress-induced damage. NutritionalResearchReviews, 31(1), 1-13. https://doi.org/10.1017/S095442241800010X
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