Acidez y/o reflujo
La acidez estomacal y el reflujo gastroesofágico son problemas digestivos comunes que afectan la calidad de vida de muchas personas. Afortunadamente, llevar una alimentación adecuada y hacer algunos cambios en el estilo de vida puede ayudar a controlar los síntomas y prevenir complicaciones.
La acidez estomacal o pirosis, es una sensación de ardor en el pecho o la garganta causada por el retorno del ácido gástrico hacia el esófago. Este síntoma suele presentarse después de comer y especialmente al acostarse o agacharse.
El reflujo gastroesofágico (RGE) ocurre cuando los
contenidos del estómago regresan al esófago de manera frecuente. Puede causar
síntomas como regurgitación ácida, dolor en el pecho, dificultad para tragar y
tos crónica.
Cuando el reflujo es persistente y frecuente, se diagnostica como enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), una condición que puede causar daño en el esófago si no se trata adecuadamente.
Los síntomas pueden variar de persona a persona, pero los
más comunes incluyen:
- Sensación de ardor en el pecho o acidez estomacal, que suele empeorar después de comer y al estar acostado.
- Regurgitación de alimentos o líquidos ácidos en la garganta.
- Dolor en el pecho o en la parte alta del abdomen, que puede confundirse con un problema cardíaco.
- Dificultad para tragar (disfagia) o sensación de que la comida se queda atascada en la garganta.
- Tos crónica y ronquera, especialmente en la noche.
- Sensación de nudo en la garganta.
- Halitosis (mal aliento) debido al constante reflujo de ácido.
- Exceso de saliva (hipersalivación), una respuesta del cuerpo al ácido en el esófago.
- Náuseas o malestar estomacal.
Para confirmar la presencia de reflujo o evaluar posibles complicaciones, un profesional de la salud puede solicitar:
- Endoscopia superior para examinar el esófago y el estómago.
- Prueba de pH esofágico para medir la acidez.
- Radiografía con bario para observar el aparato digestivo superior.
- Manometría esofágica para medir la función del esófago.
Si el reflujo no se controla, puede causar:
- Esofagitis (inflamación del esófago).
- Úlceras esofágicas, que pueden causar dolor y sangrado.
- Estenosis esofágica, que dificulta la deglución.
- Esófago de Barrett, una alteración celular que aumenta el riesgo de cáncer esofágico.
- Problemas respiratorios, como broncoespasmo y asma.
- Erosión dental por el contacto con el ácido gástrico.
Estos alimentos ayudan a reducir la producción de ácido y
favorecen la digestión:
Verduras y hortalizas (bajas en ácido): Son ricas en fibra, ayudan a neutralizar el ácido y facilitan la digestión:
- Brócoli
- Zanahoria
- Calabacín
- Pepino
- Espárragos
- Papas (hervidas o al horno, sin grasa)
Frutas no ácidas: Son fáciles de digerir y no irritan la mucosa gástrica:
- Plátanos
- Manzanas rojas
- Peras
- Melón
- Sandía
Cereales integrales: La fibra ayuda a absorber el exceso de ácido y mejorar la digestión:
- Avena
- Arroz integral
- Pan integral
- Quinoa
Proteínas magras: Las proteínas son esenciales, pero deben ser bajas en grasa para evitar la producción excesiva de ácido:
- Pollo sin piel
- Pavo
- Pescado blanco (merluza, bacalao)
- Clara de huevo
Grasas saludables: Ayudan a reducir la inflamación, pero deben consumirse con moderación:
- Aguacate
- Aceite de oliva
- Almendras y nueces
Lácteos bajos en grasa: Pueden ayudar a calmar la acidez si se eligen versiones ligeras:
- Leche descremada
- Yogur bajo en grasa
- Quesos bajos en grasa
Infusiones y bebidas: Algunas bebidas pueden aliviar la acidez:
- Agua natural
- Té de manzanilla
- Té de jengibre
- Bebida vegetal de almendras
- Agua con bicarbonato (ocasionalmente)
- Ácidos e irritantes: Cítricos, tomate, vinagre, alimentos en escabeche.
- Grasas y fritos: Comida rápida, embutidos, salsas cremosas.
- Bebidas irritantes: Café, alcohol, bebidas carbonatadas.
- Dulces y ultra procesados: Chocolate, bollería, azúcares refinados.
- Picantes y especias: Chile, pimienta, curry.
- Comer porciones pequeñas y frecuentes: Evita comidas copiosas que aumenten la presión en el estómago.
- Comer lentamente y masticar bien: Facilita la digestión y reduce la producción de ácido.
- No acostarse inmediatamente después de comer: Espera al menos 2-3 horas antes de recostarte.
- Mantenerse hidratado: Beber agua ayuda a reducir la acidez, pero evita tomar grandes cantidades junto con las comidas.
- Mantener un peso saludable: El exceso de peso aumenta la presión en el estómago y favorece el reflujo.
- Elevar la cabecera de la cama: Dormir con una inclinación de 10-15 cm evita el reflujo nocturno.
- Reducir el estrés: Practicar yoga, la meditación y la respiración profunda ayudan a controlar los síntomas.
- Evitar ropa ajustada: Las prendas apretadas ejercen presión en el abdomen y pueden empeorar el reflujo.
La acidez y el reflujo pueden controlarse con una combinación de una alimentación adecuada y cambios en el estilo de vida. Si los síntomas persisten o se agravan, es fundamental acudir a un profesional de salud para una evaluación y tratamiento personalizado.
Siguiendo estas
recomendaciones, es posible aliviar los síntomas de acidez y mejorar la calidad
de vida.
Elaboró: Pasante de prácticas profesionales de la Lic. en Nutrición JACQUELINE RAMIREZ NARANJO
Revisó: LN Laura Carolina Soto Ham.
Referencias:
- National Institute of Diabetes and Digestive and KidneyDiseases (NIDDK). (2021). AcidReflux (GER & GERD) in Adults. Recuperado de https://www.niddk.nih.gov
- American Gastroenterological Association. (2020). GastroesophagealRefluxDisease (GERD). Recuperado de https://www.gastro.org
- Mayo Clinic. (2023). GastroesophagealRefluxDisease (GERD). Recuperado de https://www.mayoclinic.org
- National Center for Complementary and Integrative Health (NCCIH). (2022). Managing GERD with Diet and Lifestyle Changes. Recuperado de https://www.nccih.nih.gov
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- Katz, P. O., Gerson, L. B., & Vela, M. F. (2013). Guidelines for the diagnosis and management of gastroesophagealrefluxdisease. The American Journal of Gastroenterology, 108(3), 308-328.
- Spechler, S. J., & Souza, R. F. (2014). Barrett’s esophagus. The New England Journal of Medicine, 371(9), 836-845.
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