La diabetes tipo 5, también conocida como diabetes severa con deficiencia de insulina, se presenta sobre todo en personas jóvenes y de complexión delgada que han experimentado desnutrición crónica durante su infancia o adolescencia. Esta falta prolongada de nutrientes afecta el desarrollo del páncreas, lo que provoca una producción insuficiente de insulina. A diferencia de la diabetes tipo 1, no se debe a un proceso autoinmune, ni está vinculada al sobrepeso o a la resistencia a la insulina como en el tipo 2.

Este subtipo ha sido observado con mayor frecuencia en regiones con altos índices de pobreza, donde muchas personas enfrentan dificultades para acceder a una alimentación balanceada y a atención médica oportuna. Reconocer esta forma de diabetes no solo mejora el diagnóstico y el tratamiento, sino que también visibiliza contextos de desigualdad que impactan directamente en la salud metabólica.

Un aspecto esperanzador es que, en muchos casos, la diabetes tipo 5 puede ser tratada con medicación oral, lo cual representa una alternativa más accesible para poblaciones que no siempre cuentan con insulina o dispositivos médicos adecuados. Este enfoque permite ofrecer soluciones más adaptadas a las necesidades reales de las personas afectadas.

Al incluir la diabetes tipo 5 dentro de las clasificaciones oficiales, se promueve una mirada más integral y empática de la salud. Cada cuerpo tiene su historia, y cada diagnóstico debe considerar no solo los síntomas, sino también el entorno en el que una persona ha vivido.

Síntomas comunes


Reconocer los síntomas de la diabetes tipo 5 puede ser un poco más desafiante que en otros tipos de diabetes, especialmente porque muchas veces afecta a personas jóvenes y delgada
s, lo que rompe con el estereotipo que solemos tener sobre esta enfermedad. Sin embargo, existen señales claras a las que vale la pena prestar atención.

Uno de los síntomas más comunes es la pérdida de peso inexplicada, incluso cuando la persona come normalmente o, en algunos casos, más de lo habitual. Esto ocurre porque el cuerpo no logra aprovechar bien la glucosa y empieza a utilizar otras fuentes de energía, como la grasa y el músculo.

También pueden presentarse síntomas clásicos de la diabetes, como sed excesiva, aumento en la frecuencia urinaria y cansancio constante que no mejora con el descanso. Algunas personas experimentan visión borrosa, mayor propensión a infecciones (sobre todo en la piel o vías urinarias) o una sensación persistente de debilidad general.

Lo particular en la diabetes tipo 5 es que estos síntomas pueden aparecer en personas que no tienen sobrepeso y que muchas veces han vivido con nutrición limitada o deficiente durante etapas importantes de su desarrollo. En esos casos, el diagnóstico suele retrasarse, porque no encajan en los perfiles más conocidos de la enfermedad.

Por eso es tan importante observar el cuerpo con atención y consultar con profesionales de la salud cuando algo no se siente bien, sin importar la edad o el aspecto físico. La detección temprana puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida y en el tratamiento.

Diagnóstico




Diagnosticar la diabetes tipo 5 puede ser un poco más complejo que con otros tipos de diabetes, principalmente porque no siempre se ajusta a los perfiles clásicos que conocemos. Por eso, es fundamental que los profesionales de la salud consideren el contexto completo de la persona, especialmente su historial nutricional y antecedentes de desnutrición.

Para llegar a un diagnóstico preciso, se suelen realizar análisis de sangre que miden los niveles de glucosa en ayunas y la hemoglobina glucosilada (HbA1c), indicadores clave para detectar niveles elevados de azúcar en la sangre. Sin embargo, en la diabetes tipo 5, puede ser necesario complementar estos estudios con pruebas específicas para evaluar la función del páncreas y la producción de insulina.

Además, dado que esta forma de diabetes suele afectar a personas jóvenes y delgadas que han vivido desnutrición prolongada, el médico puede buscar antecedentes de malnutrición o condiciones asociadas para diferenciarla de la diabetes tipo 1 o tipo 2.

Un diagnóstico acertado es esencial para ofrecer el tratamiento adecuado, que muchas veces incluye medicamentos orales en lugar de insulina inyectable. Por eso, contar con una evaluación integral y personalizada es clave para mejorar la calidad de vida y evitar complicaciones.

En resumen, el diagnóstico de la diabetes tipo 5 combina pruebas médicas estándar con una mirada cuidadosa al contexto de vida de cada paciente, asegurando que se reconozca esta forma particular de la enfermedad y se le brinde el cuidado que merece.

Posibles complicaciones


La diabetes tipo 5, al igual que otros tipos de diabetes, puede traer consigo algunas complicaciones si no se maneja adecuadamente. Por eso, es fundamental prestar atención y mantener un seguimiento constante con el equipo de salud.

Entre las complicaciones más comunes se encuentran problemas relacionados con el control prolongado de los niveles de azúcar en la sangre. Por ejemplo, un exceso de glucosa puede dañar los vasos sanguíneos pequeños, lo que podría afectar órganos importantes como los riñones, los ojos y los nervios. Esto puede traducirse en enfermedades renales, problemas de visión e incluso neuropatías que causan dolor o pérdida de sensibilidad.

También existe un riesgo aumentado de infecciones frecuentes, ya que los niveles elevados de azúcar pueden debilitar el sistema inmunológico, dificultando la capacidad del cuerpo para combatir bacterias y virus.

Además, la diabetes tipo 5 puede predisponer a problemas cardiovasculares, como hipertensión o enfermedades del corazón, especialmente si no se controlan otros factores de riesgo como el colesterol o el sedentarismo.

Sin embargo, la buena noticia es que, con un diagnóstico temprano, tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida —como una alimentación balanceada, actividad física y control médico regular— muchas de estas complicaciones pueden prevenirse o retrasarse significativamente.

La clave está en entender que la diabetes tipo 5 es una condición que requiere atención continua y cuidado integral para proteger la salud a largo plazo.


Alimentación y diabetes tipo 5


Alimentos recomendados


Cuando se trata de diabetes tipo 5, elegir bien los alimentos es clave para mantener los niveles de azúcar en sangre estables y cuidar la salud en general. Aunque cada persona es diferente y es ideal contar con un plan personalizado, estos alimentos suelen ser grandes aliados:

Verduras frescas: Brócoli, espinacas, kale, zanahorias y pimientos. Son ricas en fibra y nutrientes, y tienen un bajo impacto en el azúca
r en sangre.

Frutas con bajo índice glucémico: Manzana, pera, frutos rojos (fresas, moras, arándanos) y ciruelas. Estas frutas liberan azúcar lentamente, ayudando a evitar picos de glucosa.

Granos enteros: Avena, quinoa, arroz integral y cebada. Son una excelente fuente de energía sostenible gracias a su fibra, que ayuda a controlar la absorción de glucosa.

Proteínas magras: Pollo sin piel, pescado (como salmón y tilapia), huevos y legumbres (lentejas, garbanzos, frijoles). Apoyan la recuperación y el mantenimiento muscular sin añadir grasas saturadas.

Grasas saludables: Aguacate, nueces (almendras, nueces de la India), semillas (chia, lino, calabaza) y aceite de oliva extra virgen. Estas grasas ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina y protegen el sistema cardiovascular.

Alimentos no recomendados


En el manejo de la diabetes tipo 5 es muy importante evitar ciertos alimentos que pueden elevar rápidamente los niveles de azúcar en sangre o dificultar el control de la enfermedad. Aquí te comparto algunos de los más comunes que conviene limitar o evitar:

Azúcares refinados y dulces: Galletas, pasteles, caramelos, helados y cualquier alimento con azúcar añadida. Estos productos provocan picos rápidos de glucosa y aumentan la resistencia a la insulina.

Bebidas azucaradas: Refrescos, jugos comerciales y bebidas energéticas. Aportan calorías vacías y elevan el azúcar en sangre de forma muy rápida.

Harinas refinadas: Pan blanco, pasta común, bollería industrial y productos hechos con harina blanca. Carecen de fibra y causan subidas bruscas de glucosa.

Comida rápida y procesada: Papas fritas, pizzas comerciales, nuggets y embutidos. Además de su alto contenido en grasas saturadas, suelen tener mucho sodio y aditivos que afectan la salud metabólica.

Grasas trans y saturadas en exceso: Margarinas, productos de pastelería industrial y frituras. Estas grasas perjudican la sensibilidad a la insulina y aumentan el riesgo cardiovascular.

Evitar estos alimentos no significa privarse de comer bien, sino elegir opciones que nutran y apoyen el control de la diabetes, manteniendo un estilo de vida saludable y equilibrado.

Otras recomendaciones


Además de cuidar la alimentación, llevar un estilo de vida saludable es fundamental para manejar bien la diabetes tipo 5 y mejorar la calidad de vida. Aquí te comparto algunas recomendaciones que pueden marcar la diferencia:

Actividad física regular: Practicar ejercicio al menos 30 minutos al día, como caminar, nadar o hacer yoga, ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina y controla el azúcar en sangre.

Dormir bien: Un buen descanso nocturno, de 7 a 8 horas, es clave para regular las hormonas que influyen en el metabolismo y el apetito.

Control del estrés: Técnicas como la meditación, la respiración profunda o actividades creativas pueden ayudar a reducir el estrés, el cuál puede afectar negativamente el control glucémico.

Hidratación adecuada: Beber suficiente agua durante el día ayuda a mantener el equilibrio corporal y favorece la eliminación de toxinas.

Evitar el tabaquismo y consumo excesivo de alcohol: Estas prácticas pueden complicar la diabetes y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Planificación de las comidas: Comer en horarios regulares y porciones controladas evita picos de azúcar y mejora la digestión.

Recuerda que cada persona es única, así que estas recomendaciones se deben adaptar a las necesidades individuales con ayuda de profesionales de salud.



Elaboró: Pasante de prácticas profesionales de la Lic. en Nutrición JACQUELINE RAMIREZ NARANJO

Revisó: LN Laura Carolina Soto Ham.



Fuentes:

Federación Internacional de Diabetes. (2025). FID lanza un nuevo grupo de trabajo sobre diabetes tipo 5. Recuperado de https://idf.org/es/news/new-type-5-diabetes-working-group/

Hawkins, M., & Thomas, N. (2025). La diabetes tipo 5 ya es reconocida oficialmente como una enfermedad silenciosa. Comunidad Biológica. Recuperado de https://comunidad-biologica.com/la-diabetes-tipo-5-ya-es-reconocida-oficialmente-como-una-enfermedad-silenciosa/

Santana, E. (2025, 5 de mayo). ¿Qué es la diabetes tipo 5 y cómo diferenciarla de otros tipos?. Su Médico. Recuperado de https://www.sumedico.com/especialidades/diabetes/2025/5/5/que-es-la-diabetes-tipo-como-diferenciarla-de-otros-tipos-54529.html

Saludiario. (2025). Diabetes tipo 5: ¿En qué consiste y cuáles son los síntomas?. Recuperado de https://www.saludiario.com/diabetes-tipo-5-en-que-consiste-y-cuales-son-los-sintomas/

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