Chocolate negro: Contiene un alto porcentaje de cacao (más del 70%), menor cantidad de azúcar y una mayor concentración de flavonoides y antioxidantes.
Chocolate con leche: Contiene sólidos de cacao, leche en polvo y mayor cantidad de azúcar, lo que lo hace más dulce y menos amargo.
Chocolate blanco: No contiene sólidos de cacao, solo manteca de cacao, leche y azúcar.
El chocolate es rico en compuestos bioactivos como teobromina, cafeína, feniletilamina y flavonoides, los cuales pueden tener efectos tanto beneficiosos como adversos en la salud.
Razones por las que el chocolate no se recomienda en caso de acidez y reflujo
A pesar de sus propiedades nutricionales, el chocolate es considerado un desencadenante del reflujo gastroesofágico y la acidez estomacal debido a varios factores:
Relajación del esfínter esofágico inferior (EEI): El chocolate contiene metilxantinas (teobromina y cafeína), las cuales reducen la presión del EEI, permitiendo el reflujo del contenido gástrico hacia el esófago (Kaltenbach et al., 2006).
Estimulación de la producción de ácido gástrico: Los compuestos del chocolate pueden aumentar la secreción de ácido en el estómago, lo que puede agravar la sensación de acidez y el reflujo en personas susceptibles (Singh & Goyal, 2019).
Contenido graso elevado: Especialmente en el chocolate con leche y el chocolate blanco la alta cantidad de grasa retrasa el vaciamiento gástrico, aumentando la probabilidad de reflujo ácido (Pandey et al., 2020).
Presencia de cafeína y teobromina: Estas sustancias pueden estimular la producción de ácido gástrico y relajar el EEI, contribuyendo al reflujo gastroesofágico (Veldhuyzen van Zanten et al., 2021).
Efectos sobre la motilidad esofágica: Se ha observado que algunos componentes del chocolate pueden afectar la motilidad del esófago, prolongando la exposición del esófago al ácido gástrico (Zhang et al., 2022).
Dado lo anterior, no se recomienda el consumo de chocolate en personas con acidez estomacal frecuente o reflujo gastroesofágico, ya que puede exacerbar los síntomas y dificultar su control.
Elaboró: Pasante de prácticas profesionales de la Lic. en Nutrición JACQUELINE RAMIREZ NARANJO
Revisó: LN Laura Carolina Soto Ham.
Kaltenbach, T., Crockett, S., & Gerson, L. B. (2006). Are lifestyle measureseffective in patients with gastroesophagealrefluxdisease? An evidence-basedapproach. Archives of Internal Medicine, 166(9), 965-971. https://doi.org/10.1001/archinte.166.9.965
Pandey, A., Tripathi, P., Pandey, R., Srivastava, R., &Goswami, S. (2020). Gastroesophagealrefluxdisease: An overview and management approach. Journal of Family Medicine and PrimaryCare, 9(2), 187-195. https://doi.org/10.4103/jfmpc.jfmpc_1030_19
Singh, P., & Goyal, R. K. (2019). Gastroesophagealrefluxdisease: Pathophysiology and management. Indian Journal of Medical Research, 149(3), 218-229. https://doi.org/10.4103/ijmr.IJMR_381_18
Veldhuyzen van Zanten, S. J. O., Cleary, S., &Talley, N. J. (2021). Dietary and lifestyle factors in gastroesophagealrefluxdisease: A systematic review and meta-analysis. American Journal of Gastroenterology, 116(4), 765-776. https://doi.org/10.14309/ajg.0000000000001102
Zhang, M., Wang, X., Yu, L., & Sun, X. (2022). Effect of dietaryfactors on esophagealmotility and gastroesophagealrefluxdisease: A clinicalperspective. World Journal of Gastroenterology, 28(7), 651-664. https://doi.org/10.3748/wjg.v28.i7.651
Comentarios
Publicar un comentario